Pocas veces tenemos la oportunidad de leer ciencia ficción
o fantasía no anglosajona (o ibérica) por estas tierras.
Quizás se debe al hecho que falten traductores para lenguas
que no sean el omnipresente inglés. Lo cierto es que Bibliópolis
ha empezado una tarea encomiable al presentarnos primero al polaco Andrzej Sapkowski y ahora al alemán Andreas Eschbach con esta interesante obra
que es Los Tejedores de cabellos.
Lo que llama más la atención de la novela es su estructura.
Cada cada capítulo es narrado bajo el punto de vista de una
persona diferente que tiene mucho que decir sobre el conjunto de
la historia pero poco sobre los otros personajes que aparecen en
otros capítulos. Así, Eschbach crea una serie de relatos
que unidos forman el mosaico fnal de la historia. En cierta manera
me recuerda aquella obra de Haldeman, La Llegada que era narrada en tiempo
real transmitiendo la acción de un personaje a otro. El autor
en este caso es más subtil y nos da una visión de
los dramas personales de diversas personas, a veces muy próximas
entre sí, a veces alejadas por miles de años luz hasta
recrear por unos instantes lo que ocurre en diferentes puntos del
Imperio relacionados todos ellos con el misterio que une a todos
los personajes: Las alfombras de cabellos.
Las alfombras de cabellos son unas obras de arte que necesitan
toda la vida de un hombre para ser creadas y que se realizan con
los cabellos de las mujeres y las hijas de este. Su venda se invierte
en la creación de otra alfombra por parte del hijo
y así ha sido durante los últimos milenios. Las alfombras
se envían al palacio de Emperador, un personaje venerado
como a una deidad a causa de su elevada longevidad, pero ahora empiezan
a llegar rumores sobre su muerte. Algunos empiezan a preguntarse
porqué el Emperador quiere miles i miles de alfombras de
cabellos cuando se supone que hace veinte años que murió
Eschbach nos va proporcionando la información necesaria
para que quedemos absorbidos por la lectura y acaba solucionando
casi todos los misterios que se plantean en las páginas de
la novela de una forma muy elegante. Su prosa es rica, elaborada
pero también amena. Un autor inteligente que nos regala una
historia más que interesante y que debería sembrar
precedentes en la ciencia ficción europea. Puede que uno
de los libros más curiosos del año.
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